Desde que era niña supe que quería dedicarme a ellos. Me formé como veterinaria especializada en equinos y llevo años trabajando en reproducción, medicina interna y casos clínicos complejos. Cada caballo es un mundo y cada cliente, una historia.
Creo en la transparencia total, por eso te explico cada decisión y tratamiento sin rodeos, para que sepas siempre lo que está ocurriendo. Mi cercanía no es una pose: trato a cada caballo como si fuera mío, y a ti, como me gustaría que me trataran si estuviera en tu lugar.
Trabajo sola, pero me involucro por completo. Aquí no hay protocolos fríos, hay personas que confían y caballos que necesitan respuestas. Lo que ofrezco es experiencia real, formación continua y trato humano.
Solo trato caballos. Eso me permite ir más allá en diagnósticos y soluciones.
No hay dos caballos iguales, ni dos tratamientos iguales. Me adapto a cada caso.
Cuando me necesitas, estoy. Porque sé que a veces esperar no es una opción.